Historia

En mayo de 2015 se solicitó la constitución del grupo de investigación en Lingüística Aplicada al Aprendizaje de Lenguas y Culturas Extranjeras (ALCE) tomando como base la existencia de una trayectoria común, consecuencia directa de una colaboración investigadora entre algunos de sus miembros, iniciada hace varios años en la Universidad de Oviedo. Todos son doctores especialistas en diferentes ámbitos de la lingüística aplicada a la enseñanza de lenguas extranjeras, incluidas las TIC, su impacto y sus aplicaciones. El 20 de octubre de 2015 el grupo fue evaluado positivamente por la Agencia Nacional de Evaluación y Prospectiva (ANEP), dependiente de la Secretaría de Estado de Investigación, Desarrollo e Innovación, del Ministerio de Economía y Competitividad.

En el proyecto-marco Idiomas y Espacio Europeo de Educación Superior: escenario digital e intercultural partimos de los resultados alcanzados por la investigación llevada a cabo, bajo la dirección de la profesora Isabel Iglesias, por la Dra. Nieves Rodríguez Pérez en su tesis doctoral "Motivación y emoción en el proceso de enseñanza-aprendizaje de idiomas. El pensamiento del profesor". En este trabajo se identificaron una serie de indicadores que, en opinión de los docentes de idiomas, despiertan, mantienen o potencian la motivación, las emociones y afectos positivos hacia la lengua extranjera.

En el nuevo proyecto, se llevará a cabo un amplio estudio de campo en el que se recopilarán datos sobre el otro colectivo determinante que actúa en el macrocontexto de la enseñanza-aprendizaje de lenguas extranjeras: el alumnado. La necesidad de esta línea de investigación se basa en la existencia de vacíos institucionales, en especial sobre cómo formar en competencias interculturales (vid. Rathje 2011; Rodríguez/Heinsch 2013); discrepancias entre objetivos fijados (por ejemplo en la agenda Europa 2020, sobre todo en el apartado sobre la agenda digital) y la puesta en práctica en las instituciones por falta de desarrollo de una pedagogía digital; vacíos sobre un nuevo perfil de profesorado que responda a las exigencias del mercado laboral, a pesar de las directrices europeas al respecto (Ruiz/Heinsch/Ruiz 2012; Iglesias Casal 2014), y escasez de investigaciones que analicen todos estos aspectos y los integren para ayudar definitivamente al cambio de paradigma en la enseñanza de idiomas. No podemos olvidar que el multilingüismo, la multiculturalidad y su conservación constituyen uno de los principios fundacionales de la Unión Europea.

Enfrentarse al estudio de una realidad lingüístico-cultural distinta a la materna moviliza en el sujeto emociones positivas o negativas vinculadas al propio objeto de estudio, la lengua-cultura extranjera. Sería un error pensar que los mecanismos de la motivación y de la emoción actúan en todos los aprendices por igual, pues los individuos difieren en sus intereses, motivos y cualidades emocionales.

En relación con el interés de este proyecto de investigación, los resultados pueden aportar nuevos datos a los estudios que se llevan a cabo sobre la influencia de los factores motivacionales y emocionales en la enseñanza y aprendizaje de un idioma. Asimismo, pueden proporcionar nuevas informaciones relevantes acerca del pensamiento del alumno, informaciones que podríamos contrastar con las creencias y representaciones de los profesores de lenguas extranjeras.

Además, los resultados obtenidos tras el análisis de los datos recabados a los estudiantes pueden proporcionar a los investigadores indicadores para que formulen recomendaciones, directrices o restricciones en cuanto a las propuestas de actividades fuera y dentro del aula, el material didáctico empleado, la actitud del docente ante el grupo o la organización del aula y, finalmente, la programación y diseño de cursos que respondan a esas directrices.

En definitiva, a partir de las investigaciones desarrolladas en el proyecto pueden surgir propuestas metodológicas más eficaces que mejoren la práctica docente, que orienten a los profesores en la búsqueda de soluciones a los problemas vinculados con los factores motivacionales y emocionales para que puedan canalizar sus esfuerzos en la mejor dirección, potencien sus efectos positivos o ayuden a solucionar bloqueos afectivos que impiden o dificultan el aprendizaje de una lengua extranjera.